La información surge del nuevo informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina, donde se destacó que las severas deficiencias en el acceso a infraestructuras básicas como desagües, gas y pavimentos, impactan tanto en el bienestar físico como en el desarrollo emocional y cognitivo de los más jóvenes
Los niños son el grupo social más vulnerable frente a factores como la contaminación ambiental, el hacinamiento, la mala calidad del agua y la inseguridad. Estos elementos no solo afectan su salud física, sino también su desarrollo cognitivo y emocional.
El Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA), junto al Banco Hipotecario, elaboró un nuevo documento de investigación publicado por Infobae bajo el título “Diagnóstico del Hábitat Infantil para un Desarrollo Sostenible”.
Los investigadores advirtieron allí que más de la mitad de los niños no cuenta con algún tipo de servicio público. Así, por ejemplo, el 56% de los menores de edad de los centros urbanos del país carece de desagües, veredas y pavimentos, mientras el 53% no tiene acceso al gas. En valores solo un poco por debajo se encuentran factores como la contaminación ambiental, cuya falta padece el 48,6% de los más jóvenes y lo mismo ocurre con el 38% para el caso de los sistemas cloacales.
Pero las carencias no se limitan a estos aspectos, si no que la vida de los niños se ve dificultada por aspectos como la inseguridad, la venta de drogas en sus barrios, la precariedad habitacional, entre otras.
Inseguridad en los barrios, falta de servicios públicos esenciales, presencia de drogas, falta de acceso a la red de gas, contaminación ambiental, la ausencia de cloacas, hacinamiento y tenencia irregular de viviendas son los factores más destacados de un combo que refleja problemáticas esencialmente urbanas y que hablan de la necesidad de políticas públicas sostenibles para revertir estas condiciones.
El trabajo de la UCA mostró que los problemas predominantes en el entorno habitacional que impactan en la infancia, en términos de su frecuencia, son los siguientes:
- La inseguridad en los vecindarios: 77%
- La carencia de servicios públicos como desagües, veredas y pavimentos: 56%
- La presencia de drogas: 54%
- La falta de acceso a la red de gas: 53%
- La contaminación ambiental: 48,6%
- La ausencia de sistemas cloacales: 38%
- Las situaciones de precariedad habitacional: 19%
- El hacinamiento: 18%
- La tenencia irregular de vivienda: 10%
Los expertos que elaboraron el estudio enfatizaron que uno de los aspectos más críticos es el acceso al agua, ya que el 15% de los niños y niñas no dispone de agua corriente y el 20,5% tiene una mala calidad de ese servicio. Para los autores, la desigualdad social agrava estas privaciones ambientales, especialmente en las primeras etapas de la vida en los sectores más desfavorecidos económicamente. El Conurbano Bonaerense y el Gran Tucumán aparece a la cabeza de las zonas que evidencian más esta situación.
En cuanto al déficit de servicios públicos según aglomerado urbano, el informe indicó que padece esta situación el 76,3% de los pobladores del Gran Tucumán; el 73,4% de los del Gran Buenos Aires Oeste, el 69,4% del Gran Buenos Aires Sur y el 62% del Gran Buenos Aires Norte. En el otro extremo de este desafortunado ránking la Ciudad de Buenos Aires con el 13,2% y el Gran Mendoza con el 14,3%.
A la hora de analizar otros factores que afectan a los niños y adolescentes más vulnerables, el informe indicó:
- La inseguridad y la presencia de drogas: Según los autores estas son barreras para la socialización de los menores de edad, ya que les impide jugar en espacios públicos y movilizarse de manera autónoma, sin necesidad de ser acompañados por un mayor, cuando van a la escuela o a otros lugares.
- Los problemas ambientales y el déficit de servicios públicos: Los autores los destacaron como dos aspectos que están conectados, ya que la falta de desagües es caldo de cultivo para la propagación de enfermedades. Como menciona la Organización Mundial de la Salud (OMS) el agua contaminada y el saneamiento deficiente contribuyen a la transmisión de enfermedades como el cólera, otras enfermedades diarreicas, la hepatitis A, y dificulta la eliminación de vectores de otras enfermedades como, por ejemplo, el dengue. Además, indicaron en el informe de la UCA, tal como mencionó Tuñón, “el acceso a agua potable, condiciones adecuadas de saneamiento y gas domiciliario son cruciales para la nutrición y la salud de los niños/as, así como para su desarrollo físico y sus capacidades educativas”.
- El hacinamiento: el estudio detectó que el 20,5% de los niños y adolescentes viven en esas condiciones y en viviendas precarias. Los autores advirtieron que esto “limita su desarrollo personal al no contar con espacios para la privacidad, el descanso adecuado o la interacción social con sus pares. La precariedad habitacional también conlleva riesgos para su supervivencia y bienestar”.
El nuevo trabajo del ODSA-UCA tiene por objetivo servir de guía para políticas públicas y acciones comunitarias que busquen minimizar las carencias habitacionales y mejorar las condiciones de vida de los niños y adolescentes, creando un entorno más seguro y saludable para todos.