“Otro día perdido”, es el nombre del programa que va diariamente en el prime time de El Trece. Resumen de noticias y entrevistas.
Mario Pergolini regresó este lunes a la TV, a pesar que de hasta no hace mucho decía que estaba muerta. Hombre del medio, figura clave de la pantalla -principalmente de los ‘90-, creador de ese hit inoxidable que fue Caiga quien caiga, reapareció este 14 de julio a la noche por El Trece con Otro día perdido. Se lo vio menos rebelde, pero aferrado a algunas dosis de irreverencia, sello de autor.
El ciclo arrancó seis minutos después de lo previsto -anunciado para ir de lunes a viernes a las 22.30-, con un Pergolini parado en el centro del estudio, con sus dos nuevos coequipers: Agustín Aristarán “Rada” y la comediante Laila Roth, afilada para el humor cortito y al pie.
Cómo si se tratara del regreso de un ídolo a las canchas de fútbol, fue recibido por la tribuna al grito de ‘Olé, olé, olé, Marió, Marió’.
La primera media hora tuvo al anfitrión en una especie de monólogo, sostenido por las intervenciones de sus dos compañeros, con el que repasó buena parte de la coyuntura política -Cristina y su tobillera fue tema en dos o tres chistes- y de la actualidad del día. En esa mirada sazonada por la ironía, la gracia, el remate justo y un amague a “¿lo digo o mejor que callo”?, muy suyo, el ciclo encuentra ahí el mayor parentesco con CQC. Al menos en la fragancia.
“¿Así que esto era la tele? Lo había olvidado” y “Me tengo que acostumbrar a controlar el humor”, fueron algunas de las frases que tiró a lo largo de la primera noche.
Lo mejor de la primera noche fue, sin dudas, la visita de Guillermo Francella, que jugó a entrevistar al conductor, que se prestó a que “Soy Rada” se luciera con sus trucos de magia y que celebró genuinamente la vuelta de un hombre que conoce la tele como pocos.
Hay que dejar pasar los días, ver si se convierte en un éxito y no sacarlo como hicieron con Roberto Pettinato. -Clarin-