El viernes 20 de septiembre iba a realizarse una nueva edición de Proyecto Aborigen en Tafí Viejo, un festival de música electrónica organizado por La Boite. Se trataba de una edición especial con DJs internacionales y una propuesta de celebración de la naturaleza por la víspera de la llegada de la primavera. Tres días antes, La Boite comunicó que mudaba el Proyecto Aborigen al boliche de Marco Avellaneda 1.051 porque había agotado los recursos para conseguir los permisos. Pero ese mismo viernes por la noche, la Policía y Defensa Civil obligaron a cerrar las puertas. A continuación, los organizadores difundieron videos del momento de la clausura y anunciaron la postergación de Proyecto Aborigen. Este lunes, el gobernador Osvaldo Jaldo comunicó que iba a prohibir las fiestas electrónicas con el argumento de que allí “se vende mucha droga”.
“Nos llama profundamente la atención que la prohibición sea el único camino que encuentra el Gobierno ante esta preocupación. Parecen haberse olvidado de la ley de las cuatro de la mañana y del nefasto resultado de la clandestinidad en Tucumán”, comentó Eduardo Mesón, dueño del club afectado por el cierre, a La Gaceta. El empresario insistió varias veces en que había que trabajar de forma mancomunada con el Estado.
Mesón afirmó que le parecía “lamentable” estigmatizar un estilo musical. “Si hay presencia de drogas en la provincia, es responsabilidad de las políticas públicas, no de un organizador de eventos… En todas las instancias buscamos que el Estado colabore en la producción de eventos de cualquier tipo, aunque no hemos llegado a muchos resultados. Para mejorar la seguridad hay que trabajar coordinados, no prohibir”, propuso el dueño de La Boite.
Al reproche de que la fiesta del viernes carecía de un permiso de Defensa Civil y que por ello se practicó la clausura, Mesón contestó: “eso es totalmente falso. Lo que pasó es que la Policía nos informó que desde la Casa de Gobierno dijeron que no se iba a autorizar ninguna fiesta de música electrónica. Nos dijeron que no nos iban a dar un permiso policial a pesar de que estaba todo en regla”. Y añadió: “ahora entendemos que era una orden de Jaldo”.
El operativo de la Policía ocurrió en el boliche de avenida Avellaneda 1.051. “El local estaba habilitado, pero llegó un hombre de Defensa Civil para preguntar qué tipo de fiesta se iba a realizar en la discoteca. Nos advirtió que si el local se abría específicamente para música electrónica lo iba a clausurar y así lo hizo. Lo que sucedió es simplemente ilegal”, agregó Mesón.
El comunicado oficial de La Boite indica que la organización está realizando todos los esfuerzos para dialogar con el Gobierno provincial. “Esta situación es el resultado de un atropello arbitrario e ilegal, de injusticias, prejuicios y discriminación hacia gente de trabajo y hacia un movimiento cultural que no para de crecer y que valoramos profundamente, como sucede en muchas ciudades del mundo”, expresa el texto compartido en redes sociales. Agregan además, que la totalidad de los tickets vendidos conservarán su validez. Mesón se comunicó alrededor de las 16 para informar que había habido un primer acercamiento con el Gobierno.
Al declarar que no iba a permitir más fiestas electrónicas en Tucumán, Jaldo argumentó que estos eventos representan un riesgo considerable para la salud y la seguridad de los jóvenes. “Las fiestas electrónicas son beneficios para algunos pocos y perjuicio para mucha otra gente, mayoritariamente se vende droga”, señaló en una rueda de prensa.
“Por eso, hasta que no se garantice el 100% de lo que tiene que ver con la salud y la vida de quienes concurren, esta Gobernación las va a prohibir. No vamos a exponer a los jóvenes tucumanos al consumo de droga por el interés de tres o cuatro personas que quieren hacer dinero”, afirmó, argumentando que cualquier futura autorización dependerá de que los organizadores asuman la responsabilidad correspondiente.
“No vamos a exponer a los jóvenes tucumanos al consumo de droga por el interés de tres o cuatro personas que quieren hacer dinero”, enfatizó el gobernador. Y afirmó que había legisladores interesados en transformar esta medida en un proyecto de ley.
El dueño de La Boite dijo que para él era importante que el Gobierno supiera que su club era el primer interesado en garantizar la seguridad y el bienestar del público. Al respecto, manifestó Mesón: “esperamos que se abra una puerta de diálogo y que se pueda trabajar con el Gobierno para llegar a buen puerto. Incluso estamos preparando un proyecto de ley en función de su preocupación y de cosas que a nosotros nos preocupan también”. /La Gaceta