Este lunes dio inicio del debate oral y público en el marco de la causa que investiga la muerte de Yamila Alejandra Díaz Musa (21), ocurrida durante la madrugada del 17 de julio del año pasado en Tafí Viejo. El acusado es su ex pareja y padre de su hija (3), Enrique Leonel Díaz (21), quien conducía la moto que llevaba de acompañante a la víctima.
El imputado habría perdido el control del rodado y la joven salió despedida, impactando contra una columna de electricidad y falleciendo en el lugar.En el caso interviene la Unidad Fiscal de Homicidios II, conducida por Carlos Sale y representada en este juicio por el auxiliar de fiscal, Miguel Fernández. Fue el investigador quien precisó que la calificación penal endilgada es la de presunto autor del delito de homicidio simple con dolo eventual y la pretensión punitiva definida es de ocho años de prisión de cumplimiento efectivo.
“Nosotros desde el Ministerio Público Fiscal, al igual que la querella, entendemos que no asistimos a un mero siniestro de tránsito, sino que hubo una representación del resultado muerte por parte del imputado”, aseguró Fernández al momento de su alegato de apertura.
Y manifestó: “Con anterioridad a este suceso, hubo episodios de violencia de género (denunciados) que creemos que deben ser valorados; ya habían existido expresiones por parte del acusado que hacían mención al resultado muerte. Es decir, previamente ya la había amenazado con matarla a ella y después matarse él”.
Durante la jornada de hoy declararon la madre de Yamila y efectivos policiales que intervinieron en el hecho. El resto de los testigos y demás documentos probatorios seguirán exponiéndose a lo largo de la semana. Según la agenda prevista, el próximo lunes (29 de abril) el Tribunal, presidido por la jueza Elizabeth Myriam Raddi, emitirá sentencia.La teoría del casoEl 17 de julio del 2023, alrededor de las 02:20 horas, Díaz, luego de salir de un drugstore ubicado en calle Julio Roca al 200, de Tafí Viejo, insistentemente le pidió a Yamila Alejandra Díaz Musa, expareja y madre de su hija, que subiera a su motocicleta Gilera Smash 110 y se dirigieran a un hotel alojamiento.
Pese a encontrarse bajo los efectos combinados de cocaína y bebidas alcohólicas, y de ser advertido por su cuñado de que no estaba en condiciones de manejar, el acusado hizo caso omiso a las indicaciones de éste y a su estado, y se subió al rodado con la víctima. Mientras circulaban por la calle 9 de julio, hacia el norte, al llegar a la intersección con calle Mendoza perdió el control de la moto y salió despedida la joven, impactando su cuerpo en una columna de electricidad apostada allí, sufriendo un traumatismo encéfalo-craneal y maxilofacial grave que le provocó su fallecimiento.