El 2024 dejó una palabra inquietante para este 2025, “brain rot” que se traduce como la podredumbre cerebral por el consumo de contenido trivial en redes sociales. ¿El scrolleo es el nuevo hobby de la gente?
Seguramente para llegar a esta nota tuviste que scrollear. Sin embargo, el objetivo es que cuando la termines de leer pienses de forma más consciente sobre el uso de tu celular. ¿Será posible? Sí, los expertos de todo el mundo ya hablan de cómo reducir el tiempo de interacción con el aparato, las consecuencias de su uso prolongado y en los peores casos, un comportamiento compulsivo.
Un video de un gatito bailando, seguido por un resumen de una película que nunca verás, seguido por un sketch de tu influencer cómico favorito, seguido por un edit de una canción de tu cantante favorita… Y puedo seguir tranquilamente describiendo los diferentes contenidos que el algoritmo prepara personalmente para captar la atención de millones de usuarios.
Parece ser que el humano tiene todo el tiempo del mundo. Pero para scrollear. ¿Qué es eso? Se denomina Scroll al desplazamiento, generalmente de arriba hacia abajo, de los contenidos que forman una página web, una app, etc
Es básicamente la primera acción que hacemos al despertar y a veces la última. Si hablamos de números en Argentina, el 96% de niños y adolescentes, usan celular, según Unicef. En el caso de adultos, el porcentaje no es diferente, con un uso del 91% para trabajar y entretenerse.
Cerebros quemados
El scrolleo está transformando el cerebro. Hoy la medicina estudia lo que se está generando a partir de esta acción que tal vez naturalizas en tu día a día. “Scrollear incesantemente obliga al cerebro a cambiar de foco de atención en milisegundos, a un ritmo tan acelerado que impide procesar y almacenar la información correctamente en la memoria de trabajo, dificultando así el aprendizaje”, explica el Dr. Norberto Raschella, jefe del Servicio de Neurología.
El especialista habla de un sistema de recompensas que se genera en los procesos cerebrales, donde la dopamina es la gran protagonista, dejando al sujeto siempre queriendo más. “Cuando los mecanismos de funcionamiento de este circuito se sobreexigen, que es lo que sucede al deslizar frenéticamente la pantalla del teléfono, entran en un estado de hiperactividad y readaptación constantes, lo que provoca una necesidad continua de recompensas inmediatas, obstaculizando el procesamiento equilibrado de la información”, pormenoriza el doctor Raschella.
El consumo veloz y fragmentado de información efectivamente altera nuestra capacidad de procesamiento y retención de datos, pero, según Raschella, no son las únicas consecuencias. Sucede que, al estar hiperestimulada la dopamina, “se refuerza una conducta compulsiva de búsqueda de placer, lo que genera una sensación de insatisfacción constante que a menudo desemboca en ansiedad y estrés”. A largo plazo, esta sobrecarga puede derivar en trastornos del sueño, incluso depresión, añade el neurólogo, subrayando que, “filogenéticamente hablando, al cerebro le lleva años evolutivos adaptarse a tamaña multiplicidad de estímulos”.

¿Es un hobby?
La escena de un grupo de personas encandilado por sus pantallas en la mesa durante un almuerzo o una cena es internacional. Muchos se excusan por sus trabajos, otros directamente lo tomaron como una barrera de defensa para no hablar y no involucrarse en las conversaciones, en la vida en general.
Lo que tienen en las pantallas que les genera esta gran atracción ya lo evaluamos, pero ¿cuándo podemos señalar que es un comportamiento compulsivo y destructivo, tanto para la persona que está scrolleando como para el resto?
Llegás de trabajar, te sentás frente a tu televisor con la cena y el celular. Comés y ves el celular por horas para “saber que pasó en el mundo”. Se hace la hora de dormir y ves el celular hasta dormirte “para distraerte y descansar más”. Estas rutinas, que pueden ser las de muchos, nos deben generar algunas preguntas.
¿Es necesario que mientras como solo o con mi familia, mire X para ver los miles de tweets de extraños sobre un programa de televisión?
¿Es placentero estar en la cama cómico solo o con tu pareja, mirar reels de Instagram de personas desconocidas sobre contenidos variados?
¿Por qué no quiero comprometerme con el momento presente y participar de las conversaciones de mi familia y agarró el celular por horas?
Son solo algunas, que sin incomodar, creo que a todos nos pasó en algún momento.

Salí de ahí
Si algo de lo que leíste te resonó, buenísimo. Hay muchas formas de medir nuestro comportamiento con este aparato. ¡No nos olvidemos de que es un aparato!
Pueden configurar los tiempos de uso y descanso en su celular, en sus redes sociales y en todas las aplicaciones que usen. También podés antes de terminar tu día, alejarte de ese aparato, hacerte un té y disfrutar de tus mascotas o de tus plantas. Relajá.

Como último tip, lleva un tipo diario o registro de las cosas que te gustaron en el día, anótalo en un cuaderno o en el celular y conversar con alguien. Convertí lo que viste en una historia, salí del scroll y compartí lo que estás viendo, tal vez a ese otro le puede servir lo que para vos solo te significó 1 minuto más en tu día.







