La medida sobre el Banco Nación fue publicada en el Boletín Oficial y había sido adelantada minutos antes por el vocero de la presidencia, Manuel Adorni.
El Gobierno decretó la conversión del Banco de la Nación Argentina (BNA) en una sociedad anónima (SA). Así lo hizo mediante el decreto de necesidad y urgencia (DNU) 116/2025 publicado este jueves a la madrugada en el Boletín Oficial, minutos después de que el vocero presidencial, Manuel Adorni, lo adelantara con un posteo en su cuenta de X. Según precisaron, la decisión busca modernizar la estructura operativa y jurídica del banco, alineándolo con prácticas de gobierno corporativo internacionales.
“El Presidente de la Nación acaba de firmar el decreto que transforma al Banco de la Nación Argentina en Sociedad Anónima. Dios bendiga a la República Argentina. Fin”, fue el escueto mensaje difundido en redes sociales por el funcionario.
El decreto establece que el nombre pasará a ser Banco de la Nación Argentina Sociedad Anónima (BNA S.A.) y que continuará siendo controlado mayoritariamente por el Estado Nacional, que poseerá el 99,9 % de las acciones, mientras que la Fundación Banco de la Nación Argentina tendrá el 0,1 % restante.
Según el documento, la transformación permitirá “mejorar la capacidad del banco para competir en el sector financiero, optimizar la asignación de recursos y fortalecer su posición en el mercado, garantizando la continuidad de su operatividad”.
La medida se enmarca en el Decreto 70/2023, que estableció la transformación de sociedades estatales en sociedades anónimas, y en la Ley 27.742, que delegó facultades al Poder Ejecutivo para reorganizar estructuras estatales con el objetivo de mejorar la eficiencia del gasto público.
El decreto también establece que, una vez finalizado el proceso de transformación, seguirán vigentes ciertos artículos de la Ley 21.799 que regulan la actividad del BNA.
La iniciativa fue llevada a cabo puertas adentro de la institución bancaria comandada por el presidente Daniel Tillard y el vice Darío Wasserman desde hace unos meses, tras cerrar el balance del año 2024 y luego de que no prosperara la primera versión de la ley ómnibus en el verano de 2024.
La conversión en una sociedad anónima podría permitir la entrada de capital sin que necesariamente implique su privatización y cambios tanto en la estructura interna como en los productos financieros, políticas de crédito y tarifas, orientadas a maximizar la rentabilidad.