La actividad del sector manufacturero PyME registró en marzo una caída anual de un 11,9%, experimentando así un nuevo descenso.
A su vez, en el primer trimestre del año, la producción industrial acumuló una baja del 19,1% en comparación con el mismo período de 2023.
Por otra parte, se observó un retroceso de un 3,4% en la comparación mensual desestacionalizada. Esta coyuntura refleja la gravedad de la situación del sector y la necesidad de tomar medidas urgentes para revertir esta tendencia.
Así, este es el cuarto mes consecutivo que la actividad fabril retrocede y, por como vienen los pedidos de producción, las PyMEs no ven un piso en el corto plazo.
Las empresas relevadas operaron en marzo con 70% de su capacidad instalada, una caída de 0,8 puntos porcentuales frente a febrero. Hay sectores con niveles altos de stock que se debaten entre seguir produciendo para no cortar el proceso y tener que cesantear personal o frenar.