Según un informe, los consumidores no apuestan por la ingesta de especies marinas ni siquiera para la celebración religiosa.
Durante Semana Santa, miles de personas en Argentina optan por participar de las celebraciones religiosas, las procesiones y las costumbres litúrgicas. Una de las más arraigadas es la relacionada con la alimentación: el ayuno y la abstinencia de carne roja o de ave, especialmente el Viernes Santo, día en que se conmemora la crucifixión de Jesús. A cambio, se suele optar por el consumo de pescado, un alimento que, por tradición, está permitido en esta fecha.
Los números que vuelven a encender las alarmas del rubro pesquero surgen de un original estudio elaborado por el Observatorio de Consumo de la Fundación Latinoamericana de Sostenibilidad Pesquera (FULASP) a pocos días de la celebración de Semana Santa. El país mantiene el consumo más bajo de Latinoamérica y ahora se confirma que los consumidores no apuestan por la ingesta de especies marinas ni siquiera para la celebración religiosa.
Según el informe, Argentina siempre se mantuvo en unos 6,8 kg per cápita, pero en los últimos tres años la ingesta bajó un 26 %, ubicándose, con apenas 5,1 kilos anuales, muy por debajo de países como Chile (13 kg), Brasil (10 kg) o México (8 kg), e incluso muy lejos del promedio mundial que supera los 20 kg por persona.