La carga fiscal en Argentina, que actualmente representa el 29,4% del Producto Bruto Interno (PBI), se posiciona entre las más elevadas del mundo, situándose en el décimo puesto detrás de países como Francia, Italia, Holanda, Alemania, España, Canadá, Reino Unido, Japón y Brasil, según un reciente informe de la Unión Industrial Argentina. Este porcentaje incluye tanto impuestos nacionales como provinciales, con 24,6% y 5,1% respectivamente.
Más de un centenar de impuestos gravan a la sociedad formal en Argentina, generando una fuerte presión sobre las empresas y los individuos. Esta situación coloca al país en una posición desfavorable en términos de competitividad y atracción de inversiones.
Ranking Internacional y Comparación
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Argentina ocupa el puesto 38 de 125 países en términos de carga fiscal sobre el sector formal de la economía, destacándose como uno de los países con mayor presión tributaria. Este alto nivel impositivo desalienta la inversión y contribuye a la falta de crecimiento económico.
El último informe de “Tax Foundation”, una organización con sede en Washington, incluye a Argentina en un exclusivo grupo de países que van en contra de las tendencias globales de reducción impositiva. Según el informe, las empresas en Argentina enfrentan una tasa impositiva del 35% sobre sus ganancias, ubicándose en el cuarto lugar a nivel mundial. Sólo es superada por Comoras (50%), Puerto Rico (37,5%) y Surinam (36%).
Evolución de la Estructura Fiscal Argentina
En 2022, la carga fiscal en Argentina alcanzó el 29% del PBI, mostrando un aumento significativo desde los años 80 cuando se situaba por debajo del 15%. La estructura fiscal ha ido incrementándose de manera sostenida, alcanzando un pico del 31% en 2014. Este crecimiento se ha visto reflejado en todos los ámbitos impositivos, incluyendo renta, IVA, combustibles, comercio exterior, seguridad social y tributos provinciales, según un análisis de Econviews dirigido por Miguel Kiguel.
El estudio subraya que, en un contexto global donde las tasas impositivas corporativas han disminuido a un promedio del 23,5% a finales de 2023, Argentina sigue manteniendo una estructura fiscal elevada. Esto no solo afecta la competitividad del país sino que también subraya la necesidad urgente de una reforma tributaria que pueda equilibrar la carga fiscal y fomentar un ambiente más propicio para la inversión y el crecimiento económico.