Había sido destituido esta semana como jefe del ejército después de lanzar graves acusaciones contra el expresidente Evo Morales. La feroz interna política dentro del oficialismo
Detrás del intento de golpe de estado en Bolivia está el nombre del jefe del ejército, el general Juan José Zuñiga. En medio de una feroz interna que enfrenta al actual presidente Luis Arce y su antiguo mentor y antecesor, Evo Morales, el país se encuentra sumido en una crisis de consecuencias imprevisibles para la democracia boliviana.
Las imágenes de los tanques desplegados en la céntrica Plaza Murillo, frente a la sede del gobierno en La Paz, no se veían desde el intento de golpe de 1979 liderado por AlbertoNatusch. “Vamos a recuperar esta Patria”, arengó Zuñiga a su tropa, portando un arma de asalto y con uniforme. También prometió “liberar a todos los presos políticos”.
“Es una imagen perturbadora. Zuñiga viene lanzando fuertes declaraciones contra Morales, por las aspiraciones del expresidente de presentarse a las elecciones de agosto del año próximo”, dijo a TN el periodista y escritor boliviano Robert Brockmann.
De hecho, en las últimas horas trascendió que Arce había destituido al militar, pero en círculos castrenses se señaló que Zuñiga desconocía su separación y que seguía en el cargo. Después que Zuñiga irrumpiera en la casa de gobierno, el presidente tomó juramente a la nueva cúpula militar encabezada por José Wilson Sánchez y llamó a defender la democracia.
Arce y Zuñiga se vieron las caras dentro del palacio presidencial. “Yo soy su capitán y le ordeno que repliegue a sus soldados y no voy a permitir esta insubordinación”, le dijo el presidente. Después de horas de tensión, los militares comenzaron a abandonar la plaza.
Qué fue lo que desató la crisis en Bolivia
Morales y Arce están enfrentados en una lucha feroz por el poder dentro del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS).
Esta semana Morales acusó a Zúñiga de haber sugerido que debían asesinarlo. Enseguida, el jefe militar lo tildó de mentiroso y “traidor”. Además, lo señaló como organizador de una “revolución de colores” para derrocar a Arce.
Pero su ofensiva no se detuvo. Acusó a Morales de intentar gobernar de facto el país y le advirtió que haría todo lo posible para evitar que vuelva al poder. “No puede ser más presidente de este país”. “Llegado el caso”, amenazó con impedirle al exmandatario “que pisotee la Constitución, que desobedezca el mandato del pueblo”. Las Fuerzas Armadas son “el brazo armado del pueblo, el brazo armado de la patria”, alertó el militar.
Por esas declaraciones, Arce lo destituyó el martes, pero en círculos militares se regó la versión de que Zuñiga no aceptaba su salida. Este miércoles sacó los tanques a la calle y puso contra las cuerdas a la democracia boliviana.
Morales llamó a la movilización para detener el golpe. “Convocamos a una Movilización Nacional para defender la Democracia frente al golpe de Estado que se gesta a la cabeza del Gral. Zuñiga. Declaramos paro general indefinido y bloqueo de caminos. No permitiremos que las Fuerzas Armadas violenten la democracia y amedrenten al pueblo”, escribió en su cuenta de X.
Brockmann dijo que esta asonada se enmarca en “esa pelea sorda”entre Morales y Arce de cara a las elecciones de 2025. Morales debe enfrentar un fallo del tribunal supremo electoral que lo inhabilita como candidato presidencial a futuro. Pero hay lugar para interpretaciones. Evo no se ha rendido y actúa como si fuera candidato y futuro presidente. Esto genera una enorme incomodidad en Arce”, comentó el analista.
Incluso, añadió, “el mismo MAS se ha dividido en dos facciones, la arcista y la evista, que están mucho más enfrentadas que el propio MAS contra la oposición”.
Qué busca imponer el general Juan José Zuñiga
Antes de la apresurada jura de la nueva cúpula militar en medio de la asonada golpista, Zuñiga aseguró que tenía todo el poder militar y que todas las armas estaban encolumnadas detrás del golpe.
Desde la Plaza Murillo, el militar advirtió: “Habrá nuevo gabinete de ministros, seguramente que se va a cambiar, pero no puede seguir así nuestro Estado. Queremos recuperar la patria, basta de empobrecer a nuestra patria”, afirmó.
Zuñiga dijo que “por el momento” reconoce al gobierno de Arce. “Es más grande el dolor de un desesperado del poder. Es más importante el dolor y la rabia de un grupo de pandilleros que a toda costa quieren tomar el poder. Esos quieren que las Fuerzas Armadas no existan, quieren libertad en este país, libertad para hacer lo que les da gana, libertad para saquear nuestros recursos naturales. Usan a los humildes, a la gente pobre y necesitada para que a nombre de ellos tengan el objetivo de llegar al poder y saquear a nuestra amada patria”, declaro.
Más allá de la retirada de los tanques en la Plaza Murillo, la democracia se rompió hoy en Bolivia.