Jorge Garber, presidente de la Cámara Tucumana de la Construcción, describió un sombrío panorama
“Están llevando las empresas del país a la quiebra”. La advertencia salió de los labios de Jorge Garber, titular de la Cámara Tucumana de la Construcción (CTC), que sostiene que el sector sufre una gravísima crisis.
Las tardanzas en el giro de dineros federales para las provincias causa que se paralice la obra pública en diferentes jurisdicciones, incluida la provincia de Tucumán.
Los inconvenientes aparecieron desde antes de la llegada del actual Gobierno, liderado por Javier Milei. “Ya había en los últimos meses del gobierno anterior (del ex presidente Alberto Fernández) una falta de fluidez en el envío de fondos por parte de Buenos Aires, y ahora eso se transformó en parálisis total”, afirmó Garber.
La paralización de obras que ya se empezó a percibir en la Provincia, como se ve en la autopista Tucumán-Termas, es algo que se extenderá al resto de los trabajos de construcción en el corto plazo, debido a que la Nación no estaría pagando a las empresas los certificados de construcción, lo que imposibilita la ejecución de las tareas.
Meses de sequía
“No cobramos desde octubre”, subrayó Garber. Y agregó: “Si no tenemos una respuesta este mes, la neutralización de las obras se dará en todos los trabajos de la Provincia”.
Además, mencionó el plan Procrear del Gobierno nacional, que otorga créditos para la construcción de viviendas, y comentó que “se lo pagaron a dos empresas y a nadie más”.
En este sentido, cruzó a Milei por sus dichos a favor de la obra público-privada: “Menciono el Procrear porque es una obra de característica público-privada porque interviene un banco, el hipotecario. Ya que él promueve esta alternativa, deberíamos cobrar normalmente. Aún así, no hay autorización para procesar los pagos”.
Las obras en ejecución actualmente en Tucumán rondan el centenar, lo que significa que todas ellas -o la gran mayoría- quedarían frenadas.
Caída de empleos y judicialización
“Esto va a generar la consecuente disminución de unos 10.000 puestos de trabajo en toda la Provincia, de manera directa e indirecta. La construcción tiene un efecto multiplicador en muchas actividades relacionadas. No solamente los obreros no van a cobrar, sino tampoco el que vende ladrillos, materiales y demás”, advirtió Garber.
En este contexto, la CTC en unión con la Federación de Constructores del NOA, pidió una reunión con Guillermo Ferraro, ministro de Infraestructura de la Nación, pero hasta el momento no recibieron respuesta.
El conflicto -determinó Garber- es aún más grave y, además de la neutralización de las obras y de la pérdida de empleo, generará “un cúmulo de juicios afectados por el incumplimiento de los contratos”. “Si no nos pagan, es imposible para las empresas seguir adelante”, agregó.
Ya el titular de la Cámara a nivel nacional, Gustavo Weiss, había advertido que la oficina llevará al Gobierno a la Justicia si no se cumplen los contratos. El presidente del órgano dijo que se verá caso por caso, dentro de las 3.000 obras públicas que se encuentran licitadas y en ejecución.
Garber por su parte, recordó que se vivió una situación similar durante la presidencia de Mauricio Macri. “Nos tuvieron seis u ocho meses esperando auditorías, revisiones de obra y no sé cuántas cosas más sin pagar a las empresas. Fue horrible”, contó.
Para sumar un punto más a las complicaciones que están viviendo los trabajadores de la obra pública, mencionó el decreto 490/23. “Es el último que dejó firmado (el ministro de Infraestructura de la Provincia de Buenos Aires, Gabriel) Katopodis con Fernández, para la actualización de los valores de los certificados de obra. Todavía no está implementado y tampoco lo están pagando”, protestó.
La neutralización de la obra pública no es una problemática que le llega únicamente a Tucumán, sino que complica a cada vez más provincias. Según el Índice Construya, que mide la evolución de los volúmenes vendidos de producción para la construcción, se registró un fuerte descenso del 14,8% desestacionalizado mensual.
Además, se ubicó 17,4% por debajo de diciembre de 2022. De esta forma, el acumulado de enero a diciembre cerró 7,9% por debajo del mismo período del año anterior.
Esto deriva en que la venta de materiales para la construcción sigue en caída, víctima de la incertidumbre vinculada al cambio de Gobierno.
Es por esto que la caída en los negocios anticipa una parálisis cuya extensión en el tiempo resulta complicada de proyectar, aún para los más experimentados referentes del sector.