Los riñones filtran toxinas, regulan el equilibrio de líquidos y ayudan a mantener la presión arterial estable.
Cada año, el Día Mundial del Riñón busca generar conciencia sobre la importancia de la salud renal y la prevención de enfermedades que afectan a estos órganos esenciales. Los riñones desempeñan un papel clave en el organismo: filtran toxinas, eliminan el exceso de líquidos y regulan el equilibrio químico del cuerpo. Sin embargo, su función puede deteriorarse debido a factores como una alimentación inadecuada, la deshidratación, el sedentarismo o enfermedades como la diabetes y la hipertensión.
El cuidado de los riñones depende en gran medida de una dieta equilibrada y hábitos de vida saludables. De acuerdo con el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de Estados Unidos (NIDDK), mantenerse bien hidratado es fundamental para el correcto funcionamiento renal, ya que facilita la eliminación de desechos a través de la orina.
Asimismo, una alimentación rica en frutas, verduras y granos integrales, junto con la reducción del consumo de sodio y azúcares, puede ayudar a prevenir la enfermedad renal crónica.
Recomendaciones
Además de una buena alimentación e hidratación, incorporar hábitos saludables en el día a día es fundamental para prevenir problemas renales. Según la Sociedad Argentina de Nefrología (SAN), estas son las recomendaciones clave:
Mantener una vida activa: la actividad física regular ayuda a controlar el peso y reducir la presión arterial, dos factores cruciales para la salud renal.
Llevar una alimentación equilibrada: priorizar el consumo de frutas, verduras y reducir la ingesta de sal (5-6 gramos por día) previene la hipertensión y la diabetes, principales causas de enfermedad renal crónica.
Realizar chequeos médicos periódicos: la enfermedad renal en sus primeras etapas no presenta síntomas. Hacerse análisis de sangre y orina regularmente permite detectar problemas a tiempo.
Beber suficiente agua: mantenerse hidratado favorece el funcionamiento renal y la eliminación de toxinas.
Evitar el tabaco y el alcohol: estos hábitos aumentan el riesgo de enfermedad renal y cardiovascular, por lo que su reducción o eliminación es recomendable.
No automedicarse: el uso excesivo de antiinflamatorios no esteroides (AINE) como el ibuprofeno y el naproxeno puede dañar los riñones. Es importante consultar siempre con un médico antes de consumir estos medicamentos de manera regular.
Los riñones cumplen una función vital en el organismo, pero muchas veces no reciben la atención necesaria hasta que aparece una enfermedad. El Día Mundial del Riñón nos recuerda la importancia de adoptar hábitos saludables para prevenir enfermedades renales, como una dieta equilibrada, una hidratación adecuada, la práctica de ejercicio y controles médicos regulares.
Pequeños cambios en la rutina pueden marcar una gran diferencia en la salud renal y general. La prevención es la mejor estrategia para mantener nuestros riñones en óptimas condiciones y mejorar nuestra calidad de vida