Una mañana tensa se vivió en el microcentro tucumano cuando conductores de Uber moto y Uber auto se congregaron frente a la Casa de Gobierno para denunciar lo que describen como una persecución sistemática por parte de la municipalidad.
La manifestación, que inició en las primeras horas del día, reunió a decenas de conductores que exigían una respuesta inmediata a lo que consideran una serie de injusticias y acosos que afectan su medio de vida.
El clima de la protesta se intensificó cuando varios de los manifestantes relataron cómo la municipalidad estuvo llevando a cabo el secuestro de sus vehículos, tanto autos como motos, mediante lo que calificaron como “multas falsas” y acciones arbitrarias. Por la protesta, la calle 25 de Mayo se vio interrumpida por la concentración, lo que complicó el tránsito vehicular en la zona.
Uno de los conductores, Martín Leal, quien opera un Uber auto, expresó su frustración con la situación actual: “Estamos corriendo riesgo constantemente en la calle. Necesitamos llevar el pan a nuestras casas y lo único que recibimos son palmaditas en la espalda”, afirmó, señalando que el acoso no solo proviene de las autoridades municipales, sino también de taxistas que, según él, llegaron a interceptar sus vehículos y a interrogar a los pasajeros de manera intimidante.
El hombre subrayó que tanto conductores de autos como de motos enfrentan la misma persecución: “Nosotros, los Uber autos, somos los que estamos padeciendo más en lo que es el secuestro. Nos paran en la calle y nos multan injustamente, muchas veces con pretextos inventados”, denunció.
La protesta también contó con la participación activa de mujeres conductoras de Uber moto, quienes destacaron las dificultades adicionales que enfrentan en su labor diaria. Karina, una de las conductoras, expresó su indignación: “Somos muchas mujeres que dependemos de este trabajo para mantener a nuestras familias. No podemos seguir siendo perseguidas así. Necesitamos que alguien nos escuche y nos dé una respuesta”, comentó con visible preocupación.
Los manifestantes relataron múltiples casos de lo que consideran abuso de autoridad. Denunciaron que las multas impuestas frecuentemente carecen de justificación legítima y que, en muchos casos, se basan en acusaciones infundadas como “cruzar semáforos en rojo” o “estacionar en lugares prohibidos”, cuando en realidad el verdadero motivo es su vínculo con Uber. “Nos tiran los vehículos encima, nos insultan y muchas veces nos agreden físicamente”, detalló un conductor. /La Gaceta