Los puestos de trabajo de los asalariados no registrados alcanzaron el récord de 5.776.000 en el cuarto trimestre de 2023, lo que marca la mayor precariedad laboral y los mayores índices de pobreza, incluso entre los que están registrados, de acuerdo a la “cuenta de generación del ingreso e insumo de mano de obra” que difundió el INDEC.
Pese a la caída del salario real y de los costos laborales, los asalariados no registrados subieron de 4.753.000 en el cuarto trimestre de 2016 (39,8% del total de asalariados privados) al 43,5% a fines del año pasado. Y se estima que es el sector más afectado por la devaluación de fin de año y el aumento inflacionario: en diciembre y enero, tuvieron un alza nominal de sus salarios del 19,65% versus una suba promedio de los precios de más del 51,35%.
En relación con un año atrás, el Informe del INDEC señala que en el cuarto trimestre de 2023 los puestos de trabajo totales tienen un incremento de 3,6% respecto al mismo trimestre del año anterior. Los puestos de trabajo asalariados registrados aumentaron el 2,3%, los no registrados el 6,4% y los puestos de trabajo no asalariados de 3,2%.
Los 5.776.000 puestos de trabajo informales, equivalen al 43,5% sobre un total de 13.264.000 de puestos laborales de asalariados en relación de dependencia privados,.
En total, los puestos de trabajo suman 23.045.000 que se desglosan de la siguiente manera:
*Registrados del sector privado:7.488.000
*Sector público: 3.800.00
*No registrados: 5.776.000
*Por cuenta propia: 5.981.000
En cuatro actividades son más los asalariados no registrados que los registrados: en el personal de casas particulares, sobre 1.701.000 puestos de trabajo, 1.206.000 no están registrados (70,9%), a pesar de los incentivos oficiales para registrar a las empleadas domésticas. En agricultura y ganadería 637.000 no están registrados versus 327.000 registrados.
En tanto, en el rubro de la Construcción hay 550.000 no están registrados, contra 441.000 que sí lo están. Y en servicios sociales y salud privados, 381.000 no están registrados y 333.000 sí.
Todos estos datos oficiales marcan el fuerte avance de la precarización laboral. Y, unido al deterioro de los salarios, fue bajando el costo laboral, de lo que se infiere que la participación de los trabajadores en los niveles de facturación de las empresas fue cayendo teniendo en cuenta la recuperación de la economía luego del bajón por la pandemia del Covid.
En coincidencia con el INDEC, sobre la base de datos del cuarto trimestre del año pasado, la Dirección de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires informó que “al 27,3% de la población asalariada su empleador no le efectúa descuentos jubilatorios. Dicho registro se compone de 9,9% que realiza aportes por sí misma a pesar de encontrarse en una posición subordinada, más un 17,4% que está por fuera de la seguridad social”.
A su vez, “el 38,5% de la población joven asalariada (entre 19 y 29 años) se encuentra en condición de precariedad laboral, guarismo que está muy por encima del correspondiente al conjunto de la población asalariada de la Ciudad”.
Los no registrados carecen de obra social, tienen salarios más bajos, no tienen cobertura por accidentes de trabajo y no tienen derecho a los beneficios de jubilación y pensión de la Seguridad Social.
Además, explica por qué al alcanzar la edad jubilatoria no reúnen los 30 años de aportes para acceder a la jubilación, y tienen que acudir a moratorias, asumiendo el pago por los períodos no aportados por sus empleadores. O jubilarse con la PUAM (Pensión Universal al Adulto Mayor) con el 80% del haber mínimo, al margen de los años aportados y sin derecho a la pensión viudez del cónyuge. /Clarín