Díaz tardó un minuto en volver al gol y marcó el comienzo de una goleada inolvidable.
El decano ganó. Toda la bronca expuesta tras la derrota 0-3 ante Riestra hace apenas nueve días pareció desaparecer. Por el contrario, toda la felicidad que parecía haberse evaporado después de las tres caídas consecutivas y la salida de Facundo Sava reapareció en la noche de 25 de Mayo y Chile. En el partido que marcó el regreso de Lucas Pusineri, Atlético tuvo una noche ideal y goleó 5-0 a Sarmiento.
La primera jugada del partido, coronada por el gol de Leandro Díaz en su vuelta al decano, fue el presagio de una noche ideal, que llegó justo cuando más la necesitaba Atlético.
Unos minutos después, Coronel marcaba otros tres tantos y, aunque uno de ellos fue anulado por posición adelantada de un compañero, esa ráfaga alcanzó para demoler a un débil rival, en apenas media hora de juego.
Sobre el cierre de la primera parte llegó el cuarto, dejando en claro que la segunda mitad iba a ser un simple trámite para un decano en estado de gracia y una visita desilachada de antemano.
Y asi fue, porque desde el inicio mismo del complemento, se agudizó la falta de respuestas del equipo de Sanguineti, ante un albiceleste que nunca cedió el manejo de las riendas del partido.
El quinto tanto, cuando promediaba la segunda mitad, no sorprendió a nadie, porque llegó sólo para redondear lo que ya era evidente: la noche estaba destinad a ser una fiesta para Atlético, incluyendo el homenaje al Bebé Acosta por su récord de partidos en el club.
El final del encuentro, sin necesidad de alargue, encontró a un Pusineri sonriente, como contracara de un Sanguineti preguntándose, como todos los demás, si el fin de semana seguirá siendo DT de un equipo que vino a Tucumán, pero nunca dijo presente en el Monumental.