Su abogado, Francisco Oneto, aseguró a TN que su defendido quiere contar detalles del crimen, algo que no pudo hacer durante el juicio. “Está acongojado, pero tiene una renovada esperanza”, expresó
Máximo Thomsen siente que no estuvo representado de la mejor forma durante el juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa. Señalado durante el debate como uno de los principales agresores, y tras el fallo del Tribunal de Casación Penal que confirmó su condena a perpetua, el rugbier le pidió a Francisco Oneto, su nuevo abogado, declarar ante la Justicia para contar todo lo que no dijo antes.
Fue Oneto quien, en diálogo con TN, habló de cómo se siente su defendido ante la decisión de Casación: “Está acongojado por esta circunstancia y tiene una renovada esperanza ante esta nueva defensa”.
El abogado le confirmó a este medio que la semana que viene irá a la Alcaidía N°1 de Melchor Romero para reunirse con su cliente para empezar a trazar los lineamientos de lo que será su pedido de declaración. Thomsen quiere contar todo lo que antes no le dejaron decir.
Si bien Oneto evitó dar detalles del contenido de su declaración, TN supo que Thomsen se centrará en el origen del conflicto dentro del boliche Le Brique, en su rol durante la golpiza a Fernando y en todo lo que sucedió aquella madrugada del 18 de enero de 2020.
“La intencionalidad de él no era que esto termine en la muerte de nadie. Le dije que no podía garantizarle resultados, pero sí le conté cómo vamos a emplear las herramientas del derecho para mejorar su situación procesal”, sostuvo Oneto. Y agregó: “Va a contar cosas que nunca dijo”.
El abogado se centrará en dos cuestiones a la hora de defender a Thomsen: el dolo y la premeditación. “El homicidio en agresión castiga cuando hay multiciplidad de atacantes; cuando no se puede saber quién ocasionó el deceso y se condena a todos”, explicó.
“En este caso, Casación descarta esa norma y dice que sí se puede saber. Lo que buscaré explicarle a la Corte Suprema de la Provincia de Buenos Aires es que Casación incurre en un error, porque pone la diferencia entre los homicidios en agresión y los dolosos en la imposibilidad de individualizar al agresor o al que comete el homicidio”, continuó.
“Si alguien ve el resultado de su conducta y busca ese resultado, sí es un homicidio doloso. Pero acá no hay dolo. Máximo no vio venir este resultado. Todos los fines de semanas tenían peleas de igual tenor a esa, que no habían terminado en la muerte de nadie. El dolo es un elemento subjetivo, no se puede evaluar”, indicó.
El letrado remarcó: “¿Estaba bien que hicieran eso? No, para nada. Es por eso que merece un castigo, pero no una perpetua”. La Justicia condenó a Thomsen a prisión perpetua como coautor de “homicidio doblemente agravado por el concurso premeditado de dos o más personas y por alevosía, en concurso ideal con lesiones leves”.
“(Juan Pedro) Guarino y (Alejo) Milanesi, amigos del grupo y testigos del hecho, dijeron que tenían peleas iguales en Zárate. Incluso un taxista, testigo en Villa Gesell, vio que a Tomás D’Alessandro (amigo de Báez Sosa) le dieron una paliza de igual tenor. No había dolo en su conducta, no se puede deduciir el dolo. Creo que estamos en un homicidio en agresión”, manifestó.
Oneto expresó que “aún si hubiese dolo no podemos narrar la premeditación”. Y completó: “El concurso premeditado exige un comportamiento frío y reflexivo. Las circunstancias del hecho impiden esas reflexiones”.