Los gendarmes están acusados de integrar una banda que permitía el ingreso de celulares, electrodomésticos, neumáticos y hasta drogas.
Una filmación de la madrugada del miércoles en plena ruta en Tucumán muestra a un gendarme vaciando una mochila de otro gendarme que acaba de ser detenido y permanece esposado. En medio del procedimiento, y como si abriera una bolsa de sorpresas en la oscuridad, iluminado por una suerte de reflector, el agente que participa del procedimiento saca “gomitas para canillas”, un “sello”, “tinta”, “una crema” y una montaña de billetes. Hay 700.000 pesos y, todo indica, corresponden al pago de coimas.
En los últimos días doce gendarmes fueron detenidos por integrar una banda que cobraba sobornos para facilitar el ingreso de mercadería contrabandeada desde Bolivia e incluso participaban en la organización de los “tours de compra” al país vecino.
La fiscalía federal 2 de Tucumán, a cargo de Agustín Chit, descubrió también como parte de esta investigación que junto con cargamentos de cigarrillos, electrodomésticos, celulares de alta gama, neumáticos, sábanas y ropa -entre otras cosas- los efectivos colaboraban con el ingreso de cocaína y marihuana al territorio argentino.
En las últimas horas hubo 21 allanamientos a domicilios, puestos de control de gendarmes y escuadrones de Tucumán, Catamarca y Salta, con resultados útiles para la causa. Además de la docena de oficiales y suboficiales detenidos de Gendarmería Nacional fueron arrestados nueve civiles que ofrecían, coordinaban y comercializaban los paseos para ir a hacer grandes compras a Bolivia y algunos se encargaban de recibir las coimas.
Según informaron funcionarios de la investigación a Página/12 hasta ahora se hacían a razón de al menos dos días de recaudación por semana, donde los hombres de Gendarmería conseguían alrededor de un millón de pesos cada vez. Se habrían concretado este año de manera sistemática, aunque se estima que tiempo antes también. Si bien es una práctica que no sorprendió a nadie, llamó la atención el nivel de organización, de expansión y el hecho de que se estuviera ingresando droga.
Los gendarmes detenidos hasta el momento pertenecen al Escuadrón 55 de Gendarmería Nacional con base en Tucumán. La fiscalía le pidió al juez José Manuel Díaz Vélez que los indague como sospechosos de asociación ilícita agravada, cohecho, e incumplimiento de los deberes de funcionario público. La pesquisa comenzó en febrero último con denuncias presentadas por “bagayeros” que se quejaban por el cobro “excesivo” de coimas y por miembros de la propia Gendarmería que no querían participar del negocio sucio. Los sobornos, según consta en el expediente, eran pedidos por gendarmes a cargo de las patrullas que realizan controles de ruta en los corredores viales Norte-Sur. El dinero provenía de los organizadores de los “tours de compra” , que traían mercadería y luego la distribuían hacia distintos puntos del país.
Para la fiscalía fue clave que la propia Gendarmería se involucrara en la investigación. En los allanamientos participaron casi 300 efectivos, se secuestró dinero en pesos y dólares en puestos de control, mercadería contrabandeada en domicilios del personal de gendarmería y de armadores de los tours. Fueron secuestrados dos colectivos con productos contrabandeados y vehículos que funcionaba de punteros para abrirles paso. Hay más de 20 celulares que deberán ser analizados y que se suman a las interceptaciones de llamadas, seguimientos de vehículos, análisis financieros, “agentes reveladores” que fueron obteniendo datos y cruce de información con otras causas. Chit pidió más detenciones y comenzará una segunda etapa de la investigación que podría escalar hacia personal con mayor jerarquía.